La ventilación en lugares confinados consiste en el movimiento dirigido de aire en cantidades calculadas con el fin de mejorar las condiciones ambientales. Con ello se controlan las concentraciones de gases, vapores y partículas en suspensión, además del calor generado por los equipos y, en determinados casos, la humedad del aire.

Este proceso es fundamental para el bienestar, la eficiencia y la seguridad del trabajador, renovando el aire en las instalaciones y minimizando el riesgo de incendio y explosiones.

Cuando la renovación del aire por medios naturales no es posible, la renovación mecánica mediante ventiladores es ideal, especialmente en huecos de elevadores, túneles, almacenes a granel, casas de control y lugares donde se pueden generar chispas.

La acumulación de polvo, especialmente en sitios de procesamiento a granel sólido, depositado en pisos, elevadores, túneles o transportadores, representa un riesgo de incendio importante.

Las partículas en abundancia cuando se agitan y se calientan hasta el punto de liberar los gases de combustión o incluso en suspensión y en presencia de una fuente de ignición potente, pueden explotar. Esto provocará vibraciones posteriores por la onda de choque, lo que provocará que más polvo depositado entre en suspensión y más, incluso más explosiones devastadoras.

El resultado es un daño irreversible a la propiedad, interrupciones en el proceso de producción y, lo que es peor, vidas perdidas o incapaces de trabajar permanentemente.

Escombros de almacén en Paranaguá al día siguiente de la explosión

Por ello, se recomienda, además de la instalación de sistemas de aspiración ubicados directamente en las fuentes de emisión de polvo, utilizar sistemas con uno o más extractores que extraigan el aire al exterior del ambiente, como se muestra en la siguiente figura.

En este caso, los sistemas de renovación recomendados son los sistemas de extracción de aire. Así, las partículas que ya están alojadas en los más variados lugares, ya no se esparcirán al medio ambiente.

Este proceso permite que la presión dentro de la habitación sea ligeramente negativa en relación a la presión exterior, con el aire circulando por las aberturas de aire exterior hacia el interior y nuevamente hacia el exterior de la habitación.

Esto evita que el aire contaminado del ambiente pase a las habitaciones vecinas, pero eventualmente permite que ocurra lo contrario.

También se recomienda comprobar la posibilidad de que la entrada de aire se realice libremente al ambiente a través de puertas, ventanas y aberturas existentes. Es decir, de forma natural.

Si no hay posibilidad de ventilación natural, las aberturas de circulación deben instalarse siempre en la pared opuesta al expulsor, al nivel más alto posible en relación con el piso.

Deben preverse aberturas de entrada en las paredes externas, de modo que la entrada de aire se realice libremente y pueda ser filtrado, libre de concentraciones anormales de agentes contaminantes externos.

En el caso de aberturas, se debe garantizar la imposibilidad de penetración de cuerpos extraños, insectos, agua de lluvia y otros. Es posible que se requiera más de una abertura de entrada de aire.